Cuando las buenas ideas nos sorprenden


Imagínate que estás acostado casi dormido o en medio de una ducha y ¡eureka!... obtienes de la nada la solución a un problema que te había traído más de un dolor de cabeza durante los últimos días. Si esto te ha ocurrido alguna vez, tu caso no es único. Es de lo más común y de lo más humano concebir las mejores ideas cuando precisamente menos las esperamos.



Tal es el caso que una compañía estadounidense, consciente de que la ducha suele ser un momento en el que se gestan muchas buenas ideas, que ha lanzado un producto sorprendente, se llama 'Aquanotes', un juego de bloc y bolígrafo resistentes al agua para colocar en la ducha y tener así a mano una pequeña libreta donde apuntar para no olvidarse.

El doctor de la Sociedad Española de Neurología, Carlos Tejero, explica que el hecho de que las ideas aparezcan en la ducha, conciliando el sueño, dormitando a bordo de un avión, en definitiva, cuando bajamos la guardia, tiene su explicación neurológica. "El cerebro tiene su propio filtro que ayuda a organizar y a establecer prioridades dentro de nuestra conciencia. Así, mientras estamos con cosas que en ese momento ocupan la zona más potente de nuestra conciencia, el cerebro anda trabajando en otros temas pero a un nivel que no percibimos… Sin embargo, cuando vamos a dormir, cuando nos relajamos o cuando nos distraemos de aquello que ha sido prioritario hasta entonces es cuando vienen a nuestra conciencia temas que habíamos dejado a un costado pero que siempre habían estado ahí".


El cerebro procesa información las 24 horas

El hecho es que la mente no se apaga nunca, ni siquiera cuando dormimos. Sucede porque los procesos neurológicos no pueden parar. Lo queramos o no, el cerebro procesa todo lo que nos ocurre y hace sus asociaciones y genera sus claves. "Tenemos un sistema de codificación de la información de sensaciones que podemos identificar dentro de nuestro sistema de almacenaje de manera que cuando escuchamos una canción, vemos a alguien conocido o no, nos puede remitir a una información que se convierte en una idea por asociación a otras vivencias", explica Tejero, que añade que "hagamos lo que hagamos, los pensamientos siempre van dando vueltas. Incluso aquellos que no quisieramos que anduvieran por ahí. Pero no somos capaces de desprendernos de ellos porque nuestro cerebro sitúa en lo más alto de las prioridades los aspectos que sostienen mayor carga afectiva".

La psicóloga e investigadora Alicia Izquierdo, explica de forma parecida el proceso. Según ella, las ideas aparecen como consecuencia de un estado emocional definido como flow. "Lo estudia la Psicología Positiva, cuyo máximo representante es Mihaly Csikszentmihalyi, quien define el flow como un estado emocional a mitad de camino entre la ansiedad y la relajación, que permite la entrada de ideas que van dando vueltas en nuestra mente, sin tener un momento adecuado ni preciso para aflorar", explica.