Las tres memorias, nuestros verdaderos baúles de recuerdos


Cuando se habla de tipos de memoria generalmente se piensa con respecto a la diferencia entre la memoria de corto y largo plazo. Es bien conocido que la memoria de corto plazo funciona durante períodos de segundos o minutos, mientras que la memoria de largo plazo tiene una capacidad de almacenamiento potencialmente ilimitado y que además, es mucho más estable.


memoria recuerdo

Sin embargo, somos menos conscientes de que además existen tres tipos diferentes de memorias de largo plazo, y que sería bueno conocerlas ya que dicen mucho de cómo se organizan nuestros recuerdos.

Para tener una idea de cómo funcionan estos diferentes tipos de memorias, veamos estas tres preguntas:

a) ¿Sabe si el uso del casco protector mientras anda en bicicleta es obligatorio o no dónde usted vive?
b) ¿Recuerda alguna ocasión cuando estaba aprendiendo a andar en bicicleta que se haya caído de ella?
c) ¿Si puede subir a una bicicleta y andar sin ningún problema, cómo es capaz de hacerlo?

Las respuestas a estas preguntas vienen de tres tipos de memoria muy diferentes. Si usted sabe la respuesta de la primera pregunta es porque dicha respuesta la ha recuperado de su memoria semántica. La memoria semántica es la que almacena el conocimiento acerca de las leyes, las reglas, las matemáticas, la lógica y los acontecimientos históricos. Si sabes las respuestas a preguntas tales como '¿Quién era el presidente de Estados Unidos cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor?', o '¿Cómo se le llama a un polígono que tiene seis lados?' o '¿Cuál es la edad mínima legal para conducir un vehículo?' es porque las tienes guardadas en esta memoria. Piense en la memoria semántica como una enciclopedia con conceptos y definiciones que usted tiene almacenada en su cabeza.

Ahora veamos si recuerda la respuesta a la segunda pregunta, ¿recuerda aquellas primeras veces que montaste una bicicleta y que te hayas caído? Quizás recuerdas la emoción de cuándo tu padre te soltó y anduviste unos metros sin ayuda y la posterior caída que raspó la rodilla. La memoria episódica almacena nuestras experiencias sensoriales, perceptivas y afectivas. Normalmente se almacenan como imágenes secuenciales. En particular se suelen almacenar en función de su valor afectivo, es decir, cuanto más fuerte es la asociación emocional con la experiencia, mayor es la probabilidad de que la recordemos.


Aunque almacenan diferentes tipos de información, ambas memorias, la semántica y episódica son parte de la memoria declarativa. Esto básicamente significa que son accesibles a la percepción consciente de cada uno, o sea, que hacen referencia a aquellos recuerdos que pueden ser evocados de forma consciente, como un acontecimiento concreto y específico.

Veamos la tercera, si le preguntamos a alguien cómo es capaz de andar en bicicleta, seguramente la persona responda "básicamente subo a la bicicleta y comienzo a andar", lo que en realidad no responde a la pregunta.
Las personas tenemos algunas reglas conceptuales básicas, por ejemplo, en el caso de andar en bicicleta es importante agarrar velocidad rápidamente para mantener el equilibrio. Algunas de estas reglas pueden no ser conscientes, sencillamente porque no podemos recordar el momento en que asimilamos dicho conocimiento. Estos patrones de acción se almacenan en un tipo de memoria totalmente diferente, la memoria procedimental. Esta memoria es la que interviene para que no olvidemos las habilidades ejecutivas y motoras imprescindibles para efectuar una tarea, además puede ejecutarse de forma totalmente independiente de los otros tipos de memoria más conscientes.

La memoria es un prodigio de la mente que nos permite retener experiencias pasadas, y además, codificar y recuperar dichas experiencias. Un punto importante a entender es como tres sistemas de memorias tan diversas pueden, a su vez, actuar como un todo, es decir, absolutamente integradas y coordinadas.