Culpa, vergüenza y emociones faciales


Los sentimientos de culpa y de vergüenza están estrechamente relacionados, ya que ambos crean emociones negativas, que a su vez, dan lugar a comportamientos autorregulados.


culpa vergüenza

Sin embargo, mientras que la propensión a la culpa ha demostrado estar relacionada con la empatía y el funcionamiento adaptativo, la propensión a la vergüenza no solo no está relacionada con la empatía, sino que además se asocia a dificultades en las relaciones interpersonales.

Una investigación ha revelado que esta diferencia entre la culpa y la vergüenza, tiende a ir de la mano con la capacidad para reconocer las emociones en las expresiones faciales de los demás.

Un grupo de psicólogos de la Universidad La Trobe (Melbourne, Australia) contaron con 360 voluntarios durante el estudio, para examinar sus reacciones ante 11 escenarios negativos hipotéticos.
Los participantes realizaron diferentes tests para identificar las medias de propensión a la culpa y a la vergüenza de cada uno. Posteriormente efectuaron una prueba de reconocimiento de emociones faciales de distintas personas a través de un ordenador, en la cual se evaluó la capacidad de identificar los sentimientos de tristeza, ira, miedo, felicidad, asco y vergüenza.


Los resultados

El hallazgo clave fue que la propensión a la culpa tiende a relacionarse con una consistente capacidad en el reconocimiento de emociones faciales, incluso de entender las emociones de baja intensidad. No está claro si ser sensible a las emociones de otras personas contribuye al sentimiento de culpa o si es la propia propensión a la culpa lo que lleva a prestar más atención a las emociones de los demás. De cualquier manera, los investigadores creen que esto tiene que ver con evitar un comportamiento antisocial y el tener buenas habilidades para las relaciones interpersonales.

La historia de las personas con propensión a la vergüenza es bastante diferente. En general, los sentimientos de vergüenza no están relacionados con una mejor capacidad en el reconocimiento de las emociones, incluso todo lo contrario, ya que existieron claras señales de que la vergüenza está vinculada con una menor capacidad para reconocer expresiones en otras personas, sobre todo las expresiones de felicidad.
Este resultado encaja con anteriores investigaciones en las que se evidencian que las personas con propensión a la vergüenza tienden a tener pobres habilidades para la empatía.


Para terminar

Esta investigación fortalece la teoría de que la culpa y la empatía funcionan de forma relacionada, con una cierta sinergia, no así la vergüenza y la empatía.
Los resultados del estudio también pueden ayudar a explicar la relación inversa que existe entre los sentimientos de culpa y la tendencia a conductas agresivas.


Referencia: http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/02699931.2015.1072497



Violencia de género: ¿cómo la ejercen las mujeres?


Está claro que la violencia de género y sus agresiones asociadas están fuertemente vinculadas al hombre, sin embargo, las mujeres también muestran ciertas conductas agresivas en este sentido.


Violencia de género mujeres?

¿Son sólo los hombres quiénes aplican un comportamiento sexual agresivo? Al parecer no. Según una investigación de la Escuela de Psicología de la Universidad de Liverpool, en este aspecto, a menudo las mujeres también son coercitivas. Pero en lugar de la agresión física, que si bien la aplican pero en bajos niveles, ellas tienden a utilizar métodos emocionalmente manipuladores, como la amenaza o la extorsión.

De acuerdo con el estudio, en materia de sexo, algunas mujeres también poseen elevados niveles de comportamientos narcisistas. Es decir, tener una profunda necesidad de admiración sumado a una intensa falta de empatía. Ambos estados están estadísticamente asociados con la coacción y la agresión sexual.


Según los investigadores, hasta aquí prácticamente todas las exploraciones se han basado únicamente en muestras masculinas, y esta es una de las primeras en indagar centrándose también en el sexo femenino.

La muestra de estudio incluyó a 329 adultos de ambos sexos, la mayoría de ellos estudiantes universitarios. El narcisismo se evaluó utilizando una clasificación de personalidad estándar que también mide algunos aspectos de la personalidad no vinculados estrictamente con conductas narcisistas.
Las conductas coercitivas se midieron mediante una encuesta de 19 preguntas llamada "escala de persistencia a una posterior negativa sexual", que clasifica las tácticas coercitivas mediante el aumento gradual de la agresividad.


Aspectos del estudio a destacar:

1.) En general, se trate de hombres o mujeres, aquellos que tuvieron calificaciones por encima de la media de personalidad narcisista, fueron quienes más admitieron haber utilizado tácticas coercitivas con otras personas con fines sexuales.

2.) Los hombres puntuaron significativamente más alto que las mujeres en niveles de narcisismo y coacción sexual. Sin embargo, al igual que los hombres, las mujeres narcisistas fueron más propensas que otras mujeres a ser agresoras sexuales.

3.) Cuando los hombres cometieron conductas agresivas, a menudo recurrieron a la fuerza física. Las mujeres, en cambio, fueron más propensas a utilizar extorsiones y amenazas, incluso dando a entender que se harían daño a sí mismas.

4.) Algunas mujeres con alto sentido de equidad y bajos niveles de narcisismo, tuvieron algunos patrones de intimidación encubierta.

5.) Aquellas mujeres que puntuaron alto en la encuesta de persistencia posterior a una negativa, también eran más proclives a la manipulación emocional en otros ámbitos (laborales, profesionales, amistades, estudios, etc.).

6.) Tanto en hombres como en mujeres narcisistas se observó que ante una negativa sexual, es frecuente que esta circunstancia les lleve a escalar a situaciones más coercitivas.


Definitivamente, las formas de agresión sexual son diferentes entre hombres y mujeres. Ellas muestran bajos niveles de agresión física, sin embargo, tienden a infligir culpabilidad y utilizar extorsiones. Parece ser que ciertos tipos de agresión no conocen fronteras de género, sobre todo si una de las partes involucradas posee una personalidad narcisista.


Referencia: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0191886915005061



Las transformaciones de la belleza


Cuenta una antigua leyenda de Oriente Medio, que un día Dios decidió que los seres humanos debían conocer lo bello y lo feo, por tanto, envió a dos mujeres a la tierra, una representaba la belleza y la otra la fealdad.


paisaje bello desierto

La fealdad estaba personificada por una dama en harapos y era una persona de muy malos sentimientos. La belleza, en cambio, estaba vestida con hermosos atuendos y era una persona llena de bondad. Estas dos mujeres comenzaron su viaje juntas, ya que tenían que atravesar el desierto y caminar mucho para llegar a donde hubiese civilización.
Casi al final del viaje se encontraron con un pequeño lago, y como ambas estaban extenuadas decidieron parar para tomar un baño. Las dos se quitaron la ropa y se adentraron en el agua, la belleza nadó hacia el medio del lago, en cambio la fealdad se quedó en la orilla. Tan pronto como la belleza se alejó nadando, la fealdad salió del agua rápido, tomó la ropa de la belleza y huyó. Cuando la belleza volvió a la orilla, se dio cuenta que había sido robada, y que lo único que tenía para ponerse eran los harapos de la fealdad. Así es, cuenta la leyenda, como la belleza y la fealdad llegaron a la civilización: cada una con la ropa de la otra.

Hace un tiempo, después de haber leído esto, me pregunté si esta fábula podría tener algo que ver con que nos cueste tanto definir la palabra "belleza" con precisión. Lo que es una lástima, ya que después de todo, la belleza es una experiencia humana básica en todas las culturas.
En distintas investigaciones, cuando se les pregunta a las personas que definan algo "bello" generalmente hablan del contacto con la naturaleza, de la poesía, de personas, de música, de obras de arte, de lectura, de imágenes hermosas o de una arquitectura agradable. Sin dudas, que junto con otros factores, estos ejemplos son parte de la ecuación.


Las transformaciones de la belleza

Ulric Neisser, conocido como el padre de la psicología cognitiva, cuenta en uno de sus libros que a menudo cuando sus pacientes le comenzaban a hablar de lo mal que iban sus vidas y de lo infelices que eran, él les preguntaba cuales habían sido sus experiencias más intensas con la belleza. Generalmente, al principio, los pacientes quedaban un poco sorprendidos por la pregunta, incluso a muchos se la debía repetir.

Pero sin embargo, cuando comenzaban a hablar de la belleza en sus vidas, casi instantáneamente se comenzaban a notar algunas transformaciones: cambios en el lenguaje corporal, la voz más sosegada, una notoria relajación, aparecía una sonrisa, la respiración se hacía más suave, los ojos más brillantes.
Era una modificación increíble en tan solo unos pocos segundos. Hablaban de la belleza de la naturaleza, del arte, de la belleza interior, de la inteligencia o de la generosidad de las personas, incluso de la belleza que se encuentra en circunstancias banales y cotidianas de la vida.

Infravalorar o ignorar la belleza es un error, ya que es un recurso inmenso que tiene la capacidad de curar el cuerpo y la mente, desarrollar la empatía, estimular la inteligencia, y por si fuera poco, es capaz de hacernos (aunque sea temporalmente) un poco más felices.



Conducir un vehículo nos cambia la percepción de las distancias


Los expertos en comportamiento humano saben desde hace mucho tiempo, que la forma en que las personas percibimos el mundo está fuertemente influenciada por nuestra capacidad física para interactuar en él.


Conducir un vehículo

Por ejemplo, una colina nos parecerá más pronunciada si llevamos una pesada mochila a nuestras espaldas. Las cosas parecen más cercanas cuando nos valemos de un medio que nos permita llegar más lejos.
Tal es la investigación publicada en la revista 'Psychonomic Bulletin' que ha estudiado la forma en que un coche afecta la percepción de las distancias de quienes lo conducen. Sus consecuencias tienen importantes implicaciones en la vida real, por ejemplo, esto podría explicar por qué los conductores, a veces, cometen errores de cálculo.


La investigación

45 personas de ambos sexos de entre 19 y 54 años, participaron en el experimento.
Dichos individuos fueron asignados para calcular distancias en diferentes condiciones. La prueba principal consistió en sentar a un grupo de participantes en una silla, a otro grupo dentro de un vehículo, y a otro grupo sentados en una silla pero detrás de una pantalla de plástico que obstruye la visión de la misma manera que un parabrisas.
Un cono de tráfico se colocó a cinco distancias diferentes: 4 metros, 8 metros, 12 metros, 16 metros y 20 metros, además, un investigador estaba junto al cono para colocar dos conos más.
La tarea de cada participante era dirigir verbalmente al investigador para ubicar, de forma equidistante, sus dos conos a cada lado del cono principal, y la distancia entre estos dos conos debía ser igual a al distancia entre el participante y el cono central. Es decir, que entre el participante y los conos se pueda dibujar una T (ver la imagen).


distancia investigación

Los resultados indicaron que para quienes estaban dentro del vehículo, las distancias fueron muy inferiores de lo que debían ser. La subvaloración en el cálculo de los individuos dentro del coche rondó, en promedio, el 40% entre todas distancias que se estaban evaluando, mientras que el rango de error de los otros participantes estuvo en el 22%. En ambos casos, la subestimación fue mayor para las distancias más grandes.

Otro detalle importante fue que, en una segunda parte del estudio, las personas que realizaron la prueba dentro del vehículo, repitieron el procedimiento después de haber estado conduciendo el coche por unos minutos. El resultado indicó que los errores de cálculo fueron aún peores. En cambio, las personas que hicieron la prueba en la silla, los resultados no se vieron afectados después de caminar unos minutos.


¿Por qué ocurre esto?

Los investigadores creen que podría haber dos razones complementarias por la cual el hecho de conducir un vehículo afecte nuestra percepción de las distancias.
La primera es que cuando estamos en un coche, nuestro potencial para actuar con el mundo mejora, lo que influye en el sistema perceptivo y nos hace creer que las cosas están más cerca.
La segunda es que el coche se integra en nuestro "esquema corporal" (el sentido de que nuestro cuerpo se extiende en el espacio). En este caso, al igual que las herramientas de mano, nuestro sistema perceptivo pasa a juzgar las distancias a partir de la parte delantera del coche, y no a partir de nuestro cuerpo.

Estas derivaciones tienen implicaciones obvias para la seguridad de las personas. Si bien esta predisposición a subestimar las distancias podría ser beneficiosa en algunas circunstancias, por ejemplo, frenar antes en determinadas ocasiones, en otros contextos podría ser más peligroso.
Un claro ejemplo de esto es cuando se juzga la relación tiempo – distancia para pasar cuando la luz de un semáforo cambia a amarilla. Además, el hecho de que diferentes personas (peatones, ciclistas, conductores) tengan diferentes percepciones de las mismas distancias físicas, podría ayudar a explicar como se producen algunos accidentes.


Referencia:
http://link.springer.com/article/10.3758%2Fs13423-015-0954-9



La curva de la felicidad


Pete Townshend, integrante del grupo The Who, escribió en 1965 "espero morir antes que envejecer", esta frase más que un deseo, quizás encierre nuestra incuestionable devoción por la cultura de ser (o sentirse) joven.


felicidad

En mayo de este año Townshend cumplió 70 años, y a lo largo de todo este tiempo seguramente debe haber revisado sus puntos de vista, de cuando tenía 20 años. Es que el proceso de envejecimiento no necesariamente es una metamorfosis hacia la decadencia, en el sentido de nuestras ganas de vivir con alegría. Muy por el contrario, las evidencias sugieren que la felicidad aumenta a medida que nos dirigimos hacia la vejez.

En general, la gente parece comenzar sus vidas con un alto grado de felicidad. Pero a partir de los 18 años, comenzamos lentamente un declive de satisfacción que tiene su punto más bajo alrededor de los 40 años. Una estimación sugiere que desde el fin de la adolescencia y durante los próximos 30 años, el índice de felicidad desciende, en promedio, un 10,5%.

Nuestra felicidad parece hacer una curva en forma de U, ya que cuando nos acercamos a los 50, los niveles de satisfacción despegan de nuevo, y es posible que alrededor de los 60 años estemos en uno de los momentos más felices de nuestra vida. Sin embargo, esta tendencia al alza no continúa indefinidamente, ya que tiende a estancarse en los últimos años de vida. Estamos, por supuesto, hablando de promedios, de estadísticas generales producto de investigaciones científicas.

Incluso este fenómeno no es exclusivo del ser humano, los chimpancés, nuestros primos evolutivos, también padecen esta crisis en la mediana edad. Una investigación realizada por científicos británicos con estos primates, arrojó que en el entorno de los 20 a 30 años sufren un efecto similar (los chimpancés pueden llegar a vivir unos 40 a 50 años). También los grandes simios parecen sufrir estas variaciones.


¿A qué se debe?

Al menos en el caso del ser humano, existen dos teorías, la primera expresa que esta curva es posible simplemente porque las personas felices viven más, eso hace que el promedio de felicidad en la tercera edad sea mayor. Por ejemplo, algunos estudios afirman que las personas con más bajos niveles de felicidad tienden a sufrir más enfermedades al corazón, enfermedades mentales, artritis y enfermedades respiratorias. Por tanto, también es muy probable que la gente feliz tienda a enfermarse menos. Algunas exploraciones de largo plazo aseguran que la felicidad está asociada con una reducción del 30% en el riesgo de muerte.
De hecho, según algunos científicos, si la felicidad no influyera en agregar unos años de vida, la curva en forma de U desaparecería. En cambio, lo que veríamos sería una disminución gradual de la felicidad con la edad.

La segunda teoría es la psicológica. Comenzamos la vida alegres y con grandes expectativas, pero a medida que entramos en la adultez, poco a poco, nos vamos dando cuenta que es poco probable que esos sueños se cumplan (al menos para la mayoría). Ya llegando a los 50, es el momento en que la madurez aporta un nuevo sentido de realismo, es decir, una determinación para disfrutar la vida tal como es, y por lo tanto, se comienza a producir un nuevo aumento en nuestros niveles felicidad.



Comer porciones pequeñas nos causa más satisfacción


Una investigación muestra el comportamiento por el cual las personas somos capaces de ajustar nuestro nivel de saciedad para adaptarnos a diferentes tamaños de porciones de comida.


porción pequeña de comida

¿Le ha sucedido alguna vez de asistir a un restaurante donde se sirven porciones pequeñas de comida, pero que a su vez, dicha comida le pareció muy sabrosa y se sintió satisfecho? Si es así, es posible que le haya ocurrido lo que los científicos llaman comportamiento de degustación.

Un estudio del profesor de la Universidad de Florida, Charles Areni, ha investigado este comportamiento y el resultado es que cuando comemos porciones más pequeñas de lo normal, las consumimos de manera diferente, más despacio y más conscientemente. La consecuencia de esto es que quedamos tan saciados como si hubiésemos comido una porción más grande.


La investigación

Durante el sondeo, se convocó a un grupo de estudiantes de la universidad con el pretexto de que se iba a realizar un estudio sobre consumo de chocolate. A la mitad de los participantes se les mostró una bandeja con porciones de seis diferentes tipos de chocolate, pero después que habían probado las dos primeras porciones, se les dijo que el experimento ya había finalizado.
A la otra mitad de los participantes se les mostró la misma bandeja de seis chocolates, pero se les advirtió que sólo podían degustar dos de ellos.

El resultado marcó que los estudiantes que sabían de antemano que podían consumir sólo dos chocolates, lo hicieron más lentamente que quienes pensaron que iban a comer seis. También prestaron más atención al sabor y la textura de lo que estaban comiendo, y además, reportaron mayores niveles de saciedad.

Más tarde se realizaron pruebas similares con pequeños cambios, por ejemplo, en una de ellas, al segundo grupo sólo se le mostraba dos chocolates en la bandeja. Los resultados con las distintas variaciones no mostraron diferencias importantes.


Debido a que el experimento fue filmado, se pudieron contar las masticaciones de cada individuo. Los estudiantes que sabían que sólo probarían dos chocolates masticaron, en promedio, 11 veces más que el grupo que pensaba que comería seis.

¿Por qué se produce este efecto? Ocurre que las personas compensamos las porciones pequeñas agudizando algunas propiedades sensoriales hacia los alimentos, esto altera nuestra conducta alimentaria, desacelerando la velocidad al comer y aumentando nuestro nivel de saciedad.

Los resultados de la investigación sugieren que el conocimiento de estos comportamientos (enlentecimiento del consumo y mayor degustación de la comida) pueden ser una herramienta útil en la reducción de la cantidad de los alimentos que ingerimos. Ya que también sabemos que junto a esto, se mantienen los beneficios obtenidos de los alimentos en términos de disfrute y de su efecto saciante.


Referencia: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/mar.20798/abstract



Cuestión de peso, altura y sexos


Dada la amplia literatura científica que indica que, en el caso de los hombres, la altura es sinónimo de poder y dominancia, investigadores de la Universidad de Chapman (California, EEUU) asumieron que los hombres de mayor estatura serían los que habrían tenido una mayor cantidad de parejas sexuales.


media de parejas por estatura

Pero en una investigación de dicha universidad realizada recientemente con hombres y mujeres, esas deducciones no fueron las que encontraron. En los resultados del estudio publicado en la revista "Evolutionary Psychology" los hombres altos no tienen más parejas sexuales que el resto de los hombres.
Después de separar a un número de hombres heterosexuales adultos por su altura, los investigadores hallaron que cada grupo de hombres de más de 1,63 metros tenía, en promedio, el mismo número de parejas sexuales: 7. Solamente los hombres por debajo de esa estatura tenían un promedio menor: 5.

Según los autores de la investigación, la explicación de estos resultados podría ser que las mujeres tienen un “umbral mínimo” para la altura masculina, es decir, cualquier individuo más alto que esa medida podría ser una potencial pareja.

En el caso de las mujeres, este "umbral mínimo" parece estar en 1,50 metros. En efecto, los grupos femeninos que estaban por debajo del metro y medio, reportaron una media menor de parejas sexuales que los grupos de mujeres más altas.


Cuestión de peso

Los investigadores no sólo estaban interesados en saber si existía una relación entre la altura y la cantidad de parejas sexuales, también analizaron el peso corporal.
En este caso, los hombres obesos, con sobrepeso y con peso normal tenían un número más elevado de parejas que los que eran de bajo peso o con obesidad severa.


Media de parejas por peso

En el caso de las mujeres, las que tenían bajo peso reportaron una media inferior en el número de parejas que aquellas que tenían un índice de masa corporal más alto.
¿Por qué las personas demasiado delgadas tienen un número inferior de parejas? Todo parece indicar que estas personas pueden tener una imagen negativa de su cuerpo (incluso padecer trastornos alimenticios) lo cual puede afectar el deseo de mostrar su físico o de tener relaciones. Otra teoría es que las hormonas pueden variar con el peso, esto podría alterar la libido de la persona y con ello su deseo sexual.


Referencia:
http://evp.sagepub.com/content/13/3/1474704915604563.full.pdf+html



Lógica y emoción: mentes en conflicto


Imagine que está conduciendo tranquilamente su coche por una carretera, cuando repentinamente observa que un camión que viene en sentido contrario, ha perdido el control. En este caso, es probable que su mente responda a la amenaza incluso antes que su sistema cognitivo sea plenamente consciente de ella.


Lógica y emoción

La reacción inicial al peligro es rápida, muy rápida y con un mínimo de reflexión. Este tipo de respuesta, si bien es propensa al error, en un ejemplo como el de la carretera puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

Un concepto interesante es entender como la mente se divide en partes que a veces entran en conflicto. En un nivel básico, las decisiones individuales se entienden como las interacciones entre el cerebro lógico (procesos cognitivos) y el cerebro emocional (o sistema límbico).
El cerebro lógico funciona lentamente, calcula y considera las evidencias, cuando este toma una decisión es fácil de explicar con palabras. En cambio, el cerebro emocional es intuitivo, rápido, automático y no muy accesible a la conciencia.


Las reacciones emocionales tienen su origen en la amígdala y no pasan por el proceso del pensamiento lógico. Sus consecuencias en el cuerpo son las palpitaciones, sudoración, tensión muscular y la liberación adrenalina y cortisol en el torrente sanguíneo. A su vez, el sistema lógico, al identificar este proceso puede calmar o incluso anular esta reacción.

El tiempo que demora un impulso nervioso para viajar desde los sentidos (estímulos) a la amígdala (origen del cerebro emocional), es de una pequeña fracción de segundo. Por el contrario, el tiempo que tarda un impulso nervioso en viajar al sistema lógico es mucho más largo. Esto es así porque las conexiones neurales del sistema emocional (o límbico) hacia las regiones lógicas son más fuertes que a la inversa.
Esto explica por qué el control consciente sobre las emociones es débil, es decir, es fácil para nuestra información emocional abrumar a nuestro pensamiento lógico, en cambio, es más difícil que nuestro control consciente prevalezca sobre las emociones.


Por ejemplo, las fobias ilustran claramente (y quizás de forma extrema) la separación entre las respuestas emocionales y las evaluaciones cognitivas.

¿Es posible controlar el cerebro emocional?

El desarrollo de los estados de ansiedad se determinan conjuntamente por la fuerza relativa del cerebro emocional y la capacidad cognitiva para controlar estas respuestas. La reducción de la ansiedad está asociada con la disminución de la actividad de la amígdala y con una mayor actividad de la corteza frontal, esto se puede lograr, por ejemplo, con la meditación. También, algunas investigaciones han revelado que las personas con un mejor control atencional, son capaces de desviar más rápido la atención sobre los estímulos que generan ansiedad y canalizar sus pensamientos en la dirección que ellos deseen.



¿Qué color de pelo induce más al atractivo físico?


Un grupo de profesores de la Universidad de Bretagne-Sud (Francia) ha realizado una serie de investigaciones acerca de cuales colores de cabello inducen más a la atracción física de las personas. Veamos los resultados.


color de pelo

La investigación consistió en hacer experimentos sociales con la misma persona pero con distintos colores de cabello. Por ejemplo, el primer estudio se basó en experimentar con una misma mujer en diferentes días en un club nocturno, la chica lució un día su pelo rubio, posteriormente castaño, negro y pelirrojo. Un estudio similar se realizó con hombres, es decir, un caballero en diferentes días y con diferentes colores de cabello, abordó chicas en una discoteca invitándolas a bailar.

El resultado arrojó que la mujer con el pelo rubio fue abordada con más frecuencia por los hombres. En cambio, el hombre rubio no fue quien recibió más aceptaciones a sus peticiones. En el otro extremo, el pelo pelirrojo se asoció, en ambos sexos, con un menor atractivo.


En el mundo, el 90% de las personas tiene el pelo oscuro, el 9% de la población es rubia o castaño claro y menos del 1% pelirroja.

En el caso de las mujeres, en investigaciones anteriores ya se habían observado resultados similares, por ejemplo, las chicas rubias que solicitaban donaciones para entidades benéficas recibieron más dinero que sus contrapares morochas. Las camareras de cabello rubio reciben más propinas.
En un estudio realizado por una universidad norteamericana a mediados de los 80, una mujer que hizo 'auto-stop' con una peluca rubia un día, castaña y negra en días posteriores, fue el pelo rubio el que logró detener a más conductores masculinos.

Pero volvamos más detalladamente a la investigación reciente, en dicho estudio, se contó con una joven actriz que se sentó en la barra de una discoteca durante una hora mientras los investigadores monitoreaban cuantos hombres se acercaron a ella. El experimento se llevó a cabo en un período de 4 semanas, durante 16 noches. En total, 127 hombres se acercaron a la mujer cuando tenía el pelo rubio, 84 hombres con el pelo castaño, 82 con el pelo negro y sólo 29 hombres se acercaron a entablar una conversación las noches que la chica era pelirroja.


¿Cómo les fue a los hombres?

La segunda fase del experimento consistió en utilizar a un hombre joven durante distintos días con los mismos colores de cabello que en el caso de la mujer. Dicho individuo debía sacar a bailar a mujeres en la discoteca mientras sonaba música lenta.
El resultado arrojó que el 27,5% de las mujeres dijeron que sí al hombre cuando tenía el pelo rubio, el 30% de las invitaciones fueron aceptadas con el pelo castaño, el 35% con el pelo negro y sólo el 13,5% con el pelo pelirrojo.

Si bien las mujeres son menos interesadas que los hombres en las características del cabello al momento de evaluar el atractivo del sexo opuesto, ellas también fueron considerablemente menos receptivas a las peticiones de cortejo del hombre pelirrojo.


Una vuelta de tuerca

Pero veamos que en el caso de los hombres hay algo más para decir. Un estudio posterior, consistió en que un grupo de hombres observara en la pantalla de un ordenador a la misma mujer con los distintos colores de cabello que en los experimentos de la discoteca. Esta vez para sorpresa de los investigadores, los hombres catalogaron como más atractiva a la chica con el pelo negro.
Entonces ¿por qué ellos describen como más atractiva a la chica con el pelo negro, pero se acercaron más hombres en la discoteca cuando ella era rubia?

Según los autores, la clave está en que los hombres perciben a las mujeres rubias como más simpáticas y promiscuas, esto puede inducir al individuo a tener una mayor sensación de dominio o reducir su inhibición ante una chica rubia. En cambio, la mujer con pelo negro fue descrita como más inteligente y arrogante, esto, sin dudas, puede hacer incrementar el temor del hombre al rechazo.